DISCURSO DEL LIC. HÉCTOR ASTUDILLO FLORES, GOBERNADOR DEL ESTADO DE GUERRERO CONMEMORACIÓN DEL CXCV ANIVERSARIO DEL “DÍA DE LA BANDERA” ESTADIO AMBROCIO FIGUEROA, IGUALA. 24 DE FEBRERO DEL 2016
DISCURSO DEL LIC. HÉCTOR ASTUDILLO FLORES, GOBERNADOR DEL ESTADO DE GUERRERO CONMEMORACIÓN DEL CXCV ANIVERSARIO DEL "DÍA DE LA BANDERA" ESTADIO AMBROCIO FIGUEROA, IGUALA. 24 DE FEBRERO DEL 2016
Licenciado Enrique Peña Nieto,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Ministro Luis María Aguilar Morales,
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal.
Senador Roberto Gil Zuarth,
Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Diputado José de Jesús Zambrano Grijalva,
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Señoras secretarias, señores secretarios del Poder Ejecutivo Federal.
Diputado Carlos Reyes Torres,
Presidente de la Mesa Directiva del Honorable Congreso del Estado.
Ciudadano Licenciado Robespierre Robles Hurtado,
Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Licenciado Esteban Albarrán Mendoza,
Presidente municipal de Iguala de la Independencia.
Guerrerenses:
Señoras y señores:
Bienvenido señor presidente, bienvenidos sean todos ustedes, a Iguala de la Independencia, tierra que vio nacer a la enseña querida.
Para los mexicanos y para los guerrerenses, el Himno y la Bandera son la genuina expresión de su nacionalismo:
Uno, por el esfuerzo de nuestros antepasados por construir un país propio, y otra, por reunir en los colores de sus franjas y en el escudo que la identifica toda su historia, desde los tiempos remotos hasta los que están por venir.
Hay lugares que el destino señala, para que surja en ellos los símbolos que habrán de identificar a los pueblos en su cultura común.
Es así, que el Valle de Iguala reunió a dos ejércitos enemigos; a dos caudillos que se habían enfrentado en feroces luchas, pero que tuvieron la capacidad de pactar la separación de la Nueva España de La Colonia: Iturbide, con el propósito de mantener al régimen decadente de la Corona; y Guerrero, con la idea de impulsar una nueva patria.
Este es el lugar del fin y del inicio de dos épocas. Se da en Iguala la tremenda colisión del pasado con el futuro. Y de esas fuerzas en choque surge la Bandera de Las Tres Garantías; Bandera que se transforma con el país; que ha sido y es representativa de la unidad y la soberanía nacional.
No es por un simple protocolo que el Presidente de la República cruce sobre su pecho la enseña patria. Representa un acto simbólico cargado de historia, es decir, de ideas, y por lo tanto, de nuestro proyecto nacional.
Es necesario reflexionar sobre el significado de nuestra Bandera Nacional y del papel crucial que desempeña el Jefe del Estado Mexicano para los guerrerenses.
Ninguna nación renuncia a su pasado ni se inventa cada día una identidad. Por lo mismo, refrendamos nuestro orgullo por la suriana tierra de hombres y mujeres heroicos; por los belicosos episodios de sus batallas; por la consagración de sus ideas en las leyes.
El Estado de Guerrero no está postrado. Siempre, y desde siempre, ha estado de pie; no lo abate la pobreza ni la tragedia. Hoy, son otras las batallas.
La presencia del Presidente Peña Nieto, se expresa en el programa "Un Guerrero incluyente y próspero", que a través de la política social fortalece los lazos de nuestras comunidades y sectores sociales para mejorar en la alimentación, la salud y el empleo.
Los soldados y los marinos de México son, ciertamente, "pueblo con uniforme". De ahí la confianza que tenemos en nuestras instituciones armadas, que protegen la vida y el patrimonio de los mexicanos.
El equilibrio federativo establecido en la Constitución, tiene en el Presidente de la República al fiel de la balanza; siendo él el único ciudadano electo por la mayoría de los mexicanos, que conoce a la República en su justa dimensión y que tiene en su vocación de justicia, el trato desigual a quienes más necesitan.
Sin la voluntad presidencial, Guerrero difícilmente habría superado los embates de los meteoros, ni podría enfrentar la maldad de la delincuencia.
El Pacto Federal, que garantiza la unidad del Estado Mexicano, tiene en los Poderes de la Unión la capacidad de atender las exigencias del desarrollo nacional; pero corresponde al Ejecutivo actuar en la planeación y ejecución de políticas públicas para impulsar el desarrollo.
Por rebelde, Guerrero ha sido un Estado libertario y también, de difícil gobernabilidad, pero sin extraviar nunca nuestro pueblo, el sentido de justicia para enfrentar los abusos del poder.
Las características de su orografía, la dispersión poblacional y un atraso secular lo ubica como uno de los tres Estados más atrasados de México. En la pluralidad de sus etnias y la vigencia de su cultura tiene su principal fortaleza.
No podemos ignorar, la profunda herida que significa para los mexicanos, y especialmente para los guerrerenses, la tragedia de Iguala, por la gente inocente que perdió la vida o que resultó herida, y por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
En tanto no se esclarezcan los hechos a profundidad y se someta a la ley a todos los responsables, ésta herida no habrá de sanar.
Vivimos el desafío del poder desde diferentes ámbitos de la sociedad, por la disputa de muchos a quienes legítimamente lo detentan. Más no debemos confundirnos: la distribución del poder no debe ser para destruir al Estado, sino para fortalecer a la sociedad y, a través de ella, modernizar a las instituciones públicas frente a los nuevos desafíos del mundo contemporáneo.
El poder se reacomoda, no se dispersa. La pluralidad política siempre es bienvenida, debe servir para enriquecer las ideas, para provocar entendimientos. La pluralidad prueba la inteligencia de los gobernantes, y ayuda a mejorar y corregir rumbos.
Esta es la hora de los guerrerenses. Es la hora de vencer nuestras atávicas ataduras y, de una vez por todas, dar pasos largos y sostenidos hacia la prosperidad.
A pesar de la fuerza de nuestro pueblo, éste no puede solo; se sostiene y avanza con su gobierno, con un nuevo pacto de Las Tres Garantías: igualdad, prosperidad y paz con justicia.
A usted, señor presidente Enrique Peña Nieto, reiteramos nuestra confianza en respuesta a su invariable apoyo. Hemos de repetir una vez más, que a nuestra entidad ningún Presidente de la República la había visitado tantas veces, como usted.
Aquí, a 195 años, fruto del Plan de Iguala y a la sombra de Vicente Guerrero, sigue ondeando orgullosa nuestra Bandera, confeccionada por un igualteco, José Magdaleno Ocampo, y firmemente sostenida hoy en las manos de Usted, y de jóvenes estudiantes y representantes de nuestras instituciones armadas nacionales.
Señoras y señores:
La presencia de los Poderes de la Unión, de las señoras y señores integrantes del gabinete del Poder Ejecutivo Federal, no es un asunto menor, es ante todo, una muestra del ánimo de un gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, con un Pueblo que tiene esperanzas de prosperidad y de justicia.
Y es también, un acto reivindicatorio del Estado mexicano con el Pueblo de Iguala, con el Pueblo de Guerrero.
MUCHAS GRACIAS