AURELIA. LA RECETA PARA VOLVER A SER MAMÁ CASI A LOS 60
AURELIA. LA RECETA  PARA VOLVER A SER MAMÁ CASI A LOS 60
·          "Una  pizquita de amor, un poquito de cariño, un poquito de ternura y nada más"
Aurelia  conoció la dulzura de ser madre nuevamente a los 58 años de edad, y de serlo  para 40 niños a  los que quiere  y cuida como a sus propios hijos. Anhelando  eso, quizá, es que eligió el nombre "Ollitas de miel" para la estancia infantil  de Sedesol que abrió en el Kilómetro 30, hace cuatro años, cuando la ausencia  de sus hijos naturales y sus nietos la llevó a buscar en qué ocuparse y retomó  su profesión de educadora.
El Kilómetro  30 es un pueblo de madres trabajadoras. Ubicado a la vera de la carretera  México-Acapulco su principal actividad económica es la gastronomía. Que las  señoras trabajen en los restaurantes y sus hijos pequeños se entretengan  jugando en el piso era lo común, hasta que Aurelia Veneranda Cereso Caballero  tuvo la iniciativa de poner una guardería.
Eso les dio  la opción a muchas de ellas de irse a trabajar a los restaurantes y hoteles de  Acapulco, a otras, de quedarse en el pueblo, trabajando tranquilas, con la  seguridad de que sus hijos están bien cuidados, en manos de las profesionales  educadoras contratadas por Aurelia quien los consiente hasta con aire  acondicionado que mitiga el fuerte calor de la costa guerrerense.
Pero sobre  todo, "ven el adelanto que han tenido, en toda su psicomotricidad, manejamos  los cinco campos psicomotrices porque todas las educadoras tienen estudios,  entonces los niños salen muy bien preparados, la verdad, las mamás nos lo dicen  que están mejor que en el kínder, que quieren regresarlos mejor a la guardería,  no en el kínder", dice Aurelia con orgullo.
Añade que  "para mi es una satisfacción grande, porque me dicen: `maestra qué les da de  comer,  porque en mi casa no quieren  comer y aquí sí, qué les echa en la comida´. Pues una pizquita de amor, un  poquito de cariño, un poquito de ternura y nada más".
Esto ha sido  fundamental para que ella mantenga el ánimo. "Me siento muy a gusto y mi vida  ha cambiado porque económicamente me he ayudado, porque a nadie le cae mal un  dinero extra y me ha afectado porque yo ya estoy grande, voy 
a cumplir 58  años y yo no tengo hijos chiquitos, tengo puros hijos grandes, profesionistas  todos, se me fueron, entonces me quedé sola y esto como que me levantó, me  devolvió la vida, porque volví a trabajar , me sentí útil, en lo que es mi  carrera, en lo que siempre he trabajado, yo soy educadora de por sí y mi vida  han sido los niños".
Otro  aliciente, es que "le di trabajo a varias señoritas del pueblo que con mucho  trabajo sacaron su carrera", y "siento que doy un servicio social a las mamás,  un cuidado bueno a los niños, un trabajo a varias personas profesionistas que  no lo tenían y a mí misma, me siento bien la verdad, y siento que funciona muy  bien mi guardería y estoy muy a gusto".
Aurelia  recuerda de esta manera como la estancia infantil que promovió ante Sedesol  hace cuatro años, le devolvió las dos cosas que más ama en la vida: ser madre y  educadora. En ese entonces, era una persona mayor, jubilada y solitaria. "Hoy  tengo 40 hijos, nietos y todo", dice feliz, en el Días de las Madres.
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