A lo mejor en el endurecimiento que aprendió en los 5 años de gobierno, no ha vivido el dolor y la incertidumbre de los pueblos y familiares de los victimados. Hasta parece que también en los seguros de vida lleva porcentajes.
A lo mejor ya son gritos desesperados para rescatar ese liderazgo que nunca logró como gobernador del estado y que difícilmente en los meses que le restan pueda obtener y esta presión lo obliga a disparatar y realizar señalamientos irresponsables que ponen en riesgo la vida de mas uniformados y vivir la angustia de los pueblos aludidos de los que asegura textualmente que sus policías están involucrados con los grupos de delincuencia organizada, lo que llamó la atención e hizo tragar saliva a mas de propios y extraños en la vida social y política de todo el estado pero principalmente de las ciudades a las que acusó de manera temeraria.
A lo mejor el gobernador no vivió en los últimos 5 años en carne propia perder a un hijo, sobrino, ahijado, padre, hermano, compañeros de trabajo o simples conocidos avasallados por los ataques que con razón o sin ella los grupos no identificados han realizado y que nos ha llevado como sociedad a vivir lo que en muchas décadas solo apreciábamos por películas y videos que se vivían en las tierras del viejo oriente y que desgraciadamente al día todos estamos viviendo.
Para ser el primer hombre de la política y responsable de la gobernabilidad y la estabilidad del estado, le quedaron los términos como de un hombre desesperado al que cosas no le han salido del todo bien y trata de penetrar en el ánimo de los guerrerense de manera extravagante como el sabio que la experiencia lo hace grande; con resultados adversos como que si callado se vería mejor y más bonito, como reza los adagios populares y de uso común en la diatriba y satirizada expresión del vulgo de nuestros pueblos.
Al gobernador tal vez no le ha llegado el dolor de perder a un secretario de general de gobierno, de un diputado local y amigo, a cientos de uniformados, pero mas muchos ciudadanos comunes quienes han sido victimados por las agresiones que estos grupos de la oscuridad realizan, aún cuando por cosas legales el propiamente es el responsable de proporcionar al ciudadano común de la sociedad la certeza y las condiciones digna de existencia que nuestra carta magna nos otorga a todo mexicano en pleno uso de sus facultades civiles y que al final resulta responsable directo de nuestro fatídicos resultados.
Hablar de lo que estamos todos viviendo si temor, es ser irresponsable y temerario o cuando menos ser parte de; porque si no pareciera que estamos arengando a que sigan sacrificando a los seres que primero por una necesidad de trabajar se arriesgan y ya después en el ejercicio pudieran comprometerse con algún extremo de los grupos en pugna, los que por la propia incapacidad del estado que representa precisamente y legalmente el mismísimo señor gobernador de proveer las condiciones propicias para un buen resultado de sus actividades son masacrados, quedando las familias desarraigadas por lo mismo y los hijos y dependientes en un franco estado de abandono con sus repercusiones sociales naturales.
Finalmente y en conclusión si nuestro señor gobernador tuviera una ápice de consideración al real estado que estamos viviendo todos y en especial a los dependientes indirectos o directo de las víctimas se quedaría apenado y callado, pero todavía pretende aprovechar el asunto para salir en los diarios como un sabiondo de un espinoso asunto que la mayoría de la sociedad conoce y que solo nos sorprende por su carencia de sensibilidad ante el dolor y la incertidumbre que todo el estado está viviendo cuando él representa a la parte rectora de la gobernabilidad y de la paz social que no nos provee ninguna instancia de gobierno.
Seguramente la muerte de connotados políticos del primer nivel, como Don Armando Chavarría, del diputado local Bajos Valverde, y los ya millares de paisanos que se cayeron abatidos por las armas de los grupos en pugna no lo conmovió a ser mejor gobernador y como él dice los últimos 5 años lo endurecieron para ser uno de los más cuestionados gobernadores del estado y más cuando hizo uso de esa enmascarada y falsa
Bandera del cambio y la lucha por una sociedad más justa e igualitaria, que hizo que los guerrerenses creyeran y votara por él, con las consecuencias que todos hemos estado viviendo.