Por Jesús Lépez Ochoa
HUMILDAD fue lo que le faltó al presidente Enrique Peña Nieto al anunciar su plan de acción en materia de seguridad, justicia y combate a la corrupción. Para cambiar algo se empieza por reconocer que se tiene un problema y para el mandatario éste existe pero no en su gobierno, sino en las instituciones municipales que considera -con toda razón- débiles.
El caso es que hay instituciones federales como la PGR que no ha podido esclarecer la masiva desaparición forzada de normalistas en Iguala ni la de miles de personas antes de estos lamentables hechos. Esto no ocurre sólo en Guerrero sino en todo México donde persiste el clima de violencia y las fosas clandestinas se están volviendo cosa común. Véase la debilidad en los bueyes de mi compadre.
LO BUENO es que como parte de este anuncio se volvió a acordar de la creación de policías de mando estatal, lo cual podría hacer caminar el tema estancado peligrosamente en municipios como Acapulco donde no se ha recibido la totalidad de los resultados de las evaluaciones a los uniformados y se les dio así el tiempo suficiente para organizar un movimiento laboral que ha causado problemas de tráfico y de inseguridad a la ciudad.
Ojalá al haberse acordado el presidente de la República, el gobierno federal mande ya los resultados y que el dinero para liquidar a los malos elementos esté contemplado en este "nuevo" plan. La policía municipal de Acapulco es considerada igualito de confiable que la de Iguala y Cocula según los mismos datos de la federación, por lo que resulta mejor no tenerla activa para evitar desgracias pero sí se requiere sustituirla.
PATRIMONIO CULTURAL es ahora Casa Guerrero. El gobernador Rogelio Ortega anunció que se darían visitas guiadas a la residencia oficial, su esposa Rosa Icela Ojeda abrió las puertas ayer y los integrantes del movimiento por la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos pasaron de inmediato para aportar su arte grafiteando con algunas verdades las habitaciones gubernamentales.
Esperemos que esta señal de que su gobierno no caerá en la tentación de reprimir ayude a Rogelio Ortega para avanzar en el diálogo y que los inconformes cambien su actitud, pues sería más inteligente si busca mantener el apoyo social a su movimiento, declarar una tregua que permita el desarrollo de la temporada turística en beneficio de todos sus paisanos guerrerenses que dependen económicamente del turismo.
LOS QUE HAN PERDIDO EL APOYO son los partidos políticos, en particular el PRD y el PRI que en campaña deberán explicar el paradero de los 43 normalistas desaparecidos por las policías de los municipios de Iguala y Cocula en los que respectivamente son gobierno.
Aunque el daño más severo lo está recibiendo el PRD que se viene abajo a nivel nacional con la salida de su fundador Cuauhtémoc Cárdenas y a nivel local con la estrepitosa caída del que parecía su más fuerte prospecto a la gubernatura, Armando Ríos Piter, quien ha declarado ansioso que no hay condiciones para una precampaña, queriendo forzar a que lo declaren de una vez candidato, pues la oportunidad se le escurre de las manos al haber caído casi ocho puntos en las encuestas desde los hechos de Iguala donde apoyó la candidatura de José Luis Abarca en las pasadas elecciones. ¿Desesperado por el dedazo?
Vértebras
El borrachazo que –dicen- se dio en la carretera hace unos meses le acomodó las ideas al líder de Unidad de Izquierda Guerrerense (UIG), Víctor Aguirre, quien ve claro el panorama electoral rumbo al 2015 y llama a las izquierdas a apoyar sin mezquindades a Luis Walton para gobernador, el único personaje que puede garantizarles unidad dada su buena relación con Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Cuauhtémoc Cárdenas, Alberto Anaya y hasta con los propios Chuchos, con quien además, se cuenta con la seguridad sobre la seriedad con que toma los acuerdos.
La unidad le urge más a la izquierda que la firma apresurada de una coalición o la designación forzada de un candidato, ante un PRI que parece entender que necesita salir sin fricciones para enfrentar un proceso en el que la incredulidad, el abstencionismo y los fuertes señalamientos pintan la necesidad de postular a los candidatos con las menores dudas posibles sobre su honorabilidad y amistades. Es decir, el PRI podría candidatear alguien con perfil ciudadano ¿La UAGro se pinta tricolor?.
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